Policarpa Salavarrieta Rios nacio en Guaduas en el 27 de Enero de 1795 y murio en Santafe en 1817fusilada en la reconquista Española se una familia acomodada, que tenía lo suficiente yrespetada, pero no tenia un estado de noblesa. El testamento de su padre, Joaquín Salavarrieta, lo muestra como un hombre de regular fortuna, que había hecho negocios de agricultura y comercio. La casa de la familia: Salavarrieta Ríos en Guaduas, que se conserva aún, convertida en museo, no es la más prestante, suntuosa o bien construida de la villa, pero tampoco es pequeña, ni miserable (ella era de una clase social alta pero no tan rica). La familia Salavarrieta Ríos se trasladó a vivir a Bogotá en 1897. Se establecieron en una casa baja de tapia y teja en el barrio de Santa Bárbara. En 1802 se extendió una epidemia de viruela en la capital, a causa de la cual murieron el padre, la madre y dos hermanos de Policarpa: Eduardo y María Ignacia. Después de esta tragedia, la familia Salavarrieta Ríos se disolvió: José María y Manuel ingresaron a la comunidad agustina; Ramón y Francisco Antonio viajaron a Tena e ingresaron a trabajar en una finca; Catarina, la hermana mayor, resolvió trasladarse de nuevo a Guaduas, alrededor de 1804, con sus dos hermanos menores: Policarpa y Bibiano. Se establecieron en la casa de la madrina Margarita Beltrán, hermana de Manuela, hasta que Catarina se casó con Domingo García, y sus dos hermanos se fueron a vivir con la nueva pareja.
Cuando Policarpa y su hermano Bibiano llegaron a la capital, portaban salvoconductos falsos y llevaban una carta escrita por Ambrosio Almeyda y José Rodríguez, líderes de los ejércitos patriotas. Se alojaron en la casa de Andrea Ricaurte y Lozano, por recomendación de los líderes. Desde allí, Policarpa continuó con sus actividades de espionaje y sus tareas peligrosas, como fueron coser a las señoras de los realistas para escuchar noticias, averiguar el número y movimientos de las tropas enemigas, su armamento y órdenes, y recoger informaciones que fueron útiles para las emboscadas que los ejércitos organizaban. Sus actividades estuvieron especialmente vinculadas con el ejercito patriota de los Llanos; recibía y mandaba mensajes, compraba material de guerra, convencía individuamente a jóvenes y les ayudaba a adherirse a los grupos patriotas. Experta en espionaje, Policarpa se volvió rápidamente indispensable para la causa patriota.
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